Porque durante su realización se consumen grandes cantidades de agua. Un pozo típico destinado a ello puede emplear al menos entre 4 mil y 40 mil metros cúbicos de agua [m3], sin embargo, en países como Estados Unidos en donde nació esta técnica de explotación los pozos ya ocupan hasta 60 mil [m3] y algunos de ellos alcanzan niveles exorbitantes de hasta 150 mil [m3].
Con lo anterior se tienen dos grandes riesgos: 1) la contaminación del agua; y 2) la posibilidad de afectar la disponibilidad de agua para otras actividades. En otras palabras, se tiene el riesgo de que millones de litros de agua puedan ser contaminados irremediablemente con decenas de compuestos químicos; habrá millones de litros de agua que ya no se podrán destinar a la agricultura, al consumo humano o al uso doméstico. Son millones de litros de agua que después quedarán “almacenados” en los llamados pozos letrinas sin ningún tratamiento y sin una vigilancia que nos asegure que no contaminarán acuíferos subterráneos o el suelo.
Determinar la cantidad de agua que se requiere para fracking no es una tarea sencilla debido a que existen una gran cantidad de variables geológicas, económicas, técnicas, sociales y ambientales involucradas en ello. Esta complejidad obliga a realizar una amplia variedad de simplificaciones y suposiciones con el objetivo de poder contar con una estimación de la cantidad de agua que se requiere para esta actividad, por ejemplo, debemos suponer que los pozos que se utilizan en el proceso de explotación se comportan de manera similar a otros pozos sobre los cuales sí se tienen datos medidos, observados y reportados.
En la ecuación el volumen de agua requerido para fracking queda definido por la cantidad de pozos que se van a utilizar en el proceso y la intensidad de agua asociada a ellos, esta última variable se refiere al volúmen tipico de agua que se ha observado se ocupa en los pozos que sirven para explotar petróleo y gas mediante fracking. Para determinar el número de pozos requeridos existen dos caminos o metodologías, cuál de ellos tomar depende, en muchos casos, de la información disponible para el interesado en realizar la estimación.
Para utilizar la calculadora calfrack es necesario contar con, al menos, uno de los siguientes datos sobre la región en la que se pretende hacer la estimación: 1) El área total de la región en donde se pretende llevar a cabo la explotación de petróleo y gas mediante fracking; o 2) El volúmen total de petróleo o gas que existe -o se estima existe- en la región.
A partir de ello la calculadora supone y utiliza variables típicas reportadas en la literatura especializada para llevar a cabo las estimaciones sobre los requerimientos de agua. Sobre esto último es importante señalar que los cálculos se pueden mejorar si el usuario llega a contar con información más precisa y detallada sobre la región en donde se pretende realizar fracking con lo cual se pueda modificar los parámetros involucrados en los cálculos.
Dependiendo de la información disponible, área o volumen, seleccionar una metodología.
Ingresar el dato, ya sea sobre el área o el volumen que existe o se estima que existen en la región.
Para el caso en el que se trabaja a partir del volumen es necesario especificar si se trata de petróleo o gas como el principal volumen existente.
Al finalizar el tercer paso la calculadora va a arrojar resultados, en forma de tabla y gráficamente, sobre:
La cantidad de pozos que se requieren para explotar mediante fracking el área o volumen especificado; y
El volúmen de agua requerido por dichos pozos.
Como hemos mencionado arriba, en este procedimiento se asumen ciertos valores por default para los distintos parámetros involucrados, dichas variables se explican brevemente con algunas notas durante el uso de la calculadora y también se presentan junto con los resultados. Para mayor detalle vea la sección de metodología.
Los resultados que arroja la calculadora pueden ser fácilmente comparados contra los volúmenes de disponibilidad de agua que existen en la región donde se pretende emplear fracking para que con ello se tenga claridad sobre si el uso de agua que ello conlleva implica poner en riesgo la disponibilidad de agua para otros usos o actividades que existen dentro de la región estudiada.
La fracturación hidráulica o fracking consiste en la inyección de grandes volúmenes de agua sometida a altas presiones dentro de los pozos petroleros para fracturar las rocas con poca o nula permeabilidad que contienen gas o petróleo. Con lo anterior se consigue crear condiciones de comunicación hidráulica que naturalmente no existen en la roca contenedora y con ello permitir el flujo de los hidrocarburos de la roca al pozo y del pozo a superficie. Además de agua, se inyectan diversos compuestos químicos tóxicos y granos de arena que fungen como apuntalantes para mantener abiertas las fracturas.